Un foso natural llamado río Luo dividía la gran tierra en dos: Jing del norte y Wei del sur. De un lado estaba el Príncipe de las praderas que no tenía preocupaciones ni penas. En el otro, una Princesa legítima que recibía el favor exclusivo del Emperador. Una guerra convirtió al Príncipe de las praderas en huérfano. Ella, que había permanecido inactiva durante diez años, había planeado convertirse en una funcionaria aduladora para manipular el reino enemigo y precipitarlo al caos, pero fue designada como Fuma en el banquete Chionglin. Veamos cómo se saldará la deuda de rencor de un reino caído y un hogar devastado.