Para evitar la caída del imperio, morí protegiendo a mi amigo de la infancia, el tercer príncipe. Pero cuando me desperté, me encontré ocupando el cuerpo de una frágil dama noble y, para empeorar las cosas, el edicto del palacio imperial de recibirla como la princesa heredera descendió. El Príncipe Heredero fue el tercer príncipe, y mi amigo 'Signus', por quien sacrifiqué mi vida. Cuando volví a encontrarme con Signus, no era diferente a un tirano loco. A este ritmo, era probable que el imperio fuera destruido pronto. Maldita sea, morí sin motivo. ¡De todos modos voy a vivir en un imperio destrozado! Pero… "Esa expresión, esa mirada ..." Signus me tocó la cara con manos temblorosas y me dio una sonrisa llorosa. “Debo controlarme. Estoy seguro de que esta vez es falso. No hay forma de que pueda encontrarte tan fácilmente". ¿Me estás buscando?