Incluso si se le honrara con el estatus de un Dios, Dong Hua todavía perecería como un ser humano. Incluso como la monarca de Qing Qiu, Feng Jiu todavía se desvanecería con el tiempo. Aunque lo que es desconocido, es que cuando el viento y las nubes se hayan ido, cuando él todavía esté caminando a través de años y edades interminables, y ocasionalmente se cruce con ella, ¿aún será capaz de recordar, los días que vivió, a esa zorrita de color rojo, que tenía un manchón de pelaje blanco y nevado sobre la frente y que alguna vez estuvo en el otro mundo, y que alguna vez se recostó y descansó en su regazo como un animal de compañía? Una mujer se detuvo en la Terraza de la Muerte Inmortal. Dándose la vuelta, saltó sin arrepentimiento. Un hombre de pie junto a un espejo de bronce vio su muerte con sus propios ojos. Trescientos años después, en el Palacio del Dragón del Mar del Este, inesperadamente se encuentran de nuevo. Otra vida, otro mundo. Frente al hombre que la traicionó, ella, indiferente como el viento, no sabe por qué sus frías manos acarician sus ojos una y otra vez. Tres vidas, tres mundos. Ella y él, ¿es su destino soportar esta enredada línea del amor?