Poseí a un personaje secundario en una novela de harem inverso. El de una joven concubina que suplica la atención del Emperador, y se porta mal con las concubinas, señores, y finalmente muere tras ser acusada de traición. Afortunadamente, poseí este cuerpo justo después de entrar al palacio imperial. Aunque todos en el palacio imperial desconfiaban de mí, todavía no me odiaban. "No debo desanimarme, solo he de ser obediente." No tenía necesidad ni deseo de ser amada por el Emperador. Las concubinas, son un poco cautelosas, pero puedo estar tranquila. No era tan difícil, así que estaba bien. Definitivamente así fue. "Ven a mis aposentos esta noche. ¡Léeme un cuento de hadas!" "Oh, no llores. Te daré esto." Pero, ¿por qué la actitud de todos es tan suave? No podía entenderlo. Y estaba avergonzada. "¿No lo quieres…?" No soy realmente una niña al que le falte afecto, y me incomoda mucho que me miren como si fuera lo más adorable del mundo. Un libro infantil lleno de joyas y seda, o una reliquia de la familia imperial. Ahora que terminó, solo quiero que todos abandonen mi palacio.