Alphor, un boticario del campo, llega a la ciudad capital para trabajar, allí tiene un encuentro casual con su amigo de la infancia, el mago Selfrid. El mismo amigo de la infancia que le confesó su amor hace diez años atrás, antes de que se separaran. Reanudan su amistad, como si no hubiese habido una confesión, pero tales sentimientos no se pueden olvidar tan fácilmente; están divididos entre la amargura de un primer amor aplastado y la comodidad de una amistad que no quieren volver a arruinar.