Jeanne tiene un don inquietante: puede prever la muerte de las personas a través de una intensa luz azul y, además, posee la capacidad de comunicarse con los muertos. Este poder, tanto una bendición como una maldición, la ha aislado de la mayoría de las personas, dejándola en un mundo donde la línea entre la vida y la muerte es difusa. Un día, su vida se desmorona cuando ve la luz azul rodear a su amado hermano, presagiando su inminente fallecimiento.