En la secundaria, cuando Outa tuvo que cambiarse de escuela, se lo dijo a su mejor amigo, Tomoaki, pero todo lo que Tomoaki tuvo que decir fueron las frías palabras: "No se puede evitar". Outa esperaba que le dijera que lo extrañaría, y se quedó tan sorprendido que acabó cambiándose de escuela sin siquiera despedirse. El tiempo ha pasado desde entonces, y Outa está en la universidad y decidido a disfrutar de su vida de estudiante por su cuenta. Un día, se encuentra con Tomoaki, al que no quiere volver a ver. A Outa le pareció incómodo y trató de poner distancia entre ellos, ¡pero Tomoaki seguía hablando con él por alguna razón!