Una semana después de la muerte del padre de Emu Ikariya, un cobrador se presentó en su puerta. Su difunto padre dejó una deuda de 40.000 dólares. Ahora, Emu tiene que pagar. Emu creció pobre. No le gusta mucho sonreír ni los demás. Nadie le entiende y lo único que ha conocido es la mala suerte. No hay manera de que Emu tenga dinero para pagar las deudas de su padre. Es entonces cuando el cobrador le sugiere que venda su cuerpo en un club gay secreto. Justo entonces, un compañero de instituto de Emu llamado Nenji Fukutomi aparece de la nada y proclama: "¡Compraré Ikariya!". ¿De qué demonios está hablando?